bollito de papel


¿qué harás 
con las mañanas
de los miércoles?
tal vez
un poema de sol 
arrojado en el cesto

©Germana Martin

mariposas



hay mariposas dentro de mí
puedo sentirlas
viajan por la sangre
se acomodan en mis hormonas
desbaratan el latido
cuando me escribes
hay mariposas
anunciando abrazos de colores
migas dulces roces mieles
y se dejan llevar por mis pasos
hacia atrás hacia fuera cielo adentro
su aleteo hace cosquillas en mis dedos
y me obligan a escribirte
para contarte que son ellas
y sólo ellas
las pequeñas mensajeras del secreto
las que me empujan
a instalarme dentro tuyo
en el cáliz verde ámbar de tu corazón
en el cuenco silencioso de tu calma
 



© Germana Martin

el jardín de mis delicias



Soy la marea de tu jardín
el rocío de tu savia
la boca de tus almendras.
Soy la luna embriagada
que duerme entre tus sueños
y sigue tus pasos
por la ruta de pétalos
que llevan a tu faro.
Vestida de polen,
desnuda de hierbas,
me despierto perfumada,
y cubierta de jazmines,
con una estela dorada
entre las piernas.
Porque empecinados de amor
fecundamos estrellas
cada noche
y por arte de magia
nos parimos poemas

© Germana Martin

mi Venusafrodea



El río del deseo fluye por las venas 
como un incendio dorado, 
como una supernova que estalla hacia dentro, 
caracola, vulva, perla, fuego.
Hay relámpagos en la sangre cuando se ama,
hay aludes, crepúsculos, cometas que se estrellan.
Late tu mirada en el cuerpo de mi Venus, 
que se mece, se aletarga, 
se deja beber, se vuelve roja de mieles 
y se entrega.
Mi loba huele tu silencio
lo tiene en la boca
en su lengua de rosa o de sirena.
Y juntos comulgamos
este vino pagano de rocío y estrellas,
cuando mi verano se queda adormecido
acurrucado y tibio entre tus piernas.

© Germana Martin

dis-tintas


y las rosas
y los cielos
siempre inevitables
provocando la dicha
el insolente deshielo 
de los corazones 
y las primaveras
pero vos y yo
descendiendo contracorriente
a ras del aire
a tientas
sin velos ni ademanes
deslizando el roce del abismo
mariposas atrapadas
hasta el fondo del ser
donde te leo y me miro
y aún así no despierto
sólo este equinoccio a contramano
que no desamordaza el grito
ni siquiera un húmedo bostezo
este vuelo solitario y desmedido
ombligo de mi misma
a contra vida
perseguida  de soles
y de fuegos

                                                    a Ivana Alvarez,
                                                   por su poema  21 de septiembre
©Germana Martin