y las rosas
y los cielos
siempre inevitables
provocando la dicha
el insolente deshielo
de los corazones
y las primaveras
pero vos y yo
descendiendo contracorriente
a ras del aire
a tientas
sin velos ni ademanes
deslizando el roce del abismo
mariposas atrapadas
hasta el fondo del ser
donde te leo y me miro
y aún así no despierto
sólo este equinoccio a contramano
que no desamordaza el grito
ni siquiera un húmedo bostezo
este vuelo solitario y desmedido
ombligo de mi misma
a contra vida
perseguida de soles
y de fuegos
a Ivana Alvarez,
por su poema 21 de septiembre
©Germana Martin
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