no llovió afuera
como lo esperábamos
la tormenta fue dentro
se volaron los geranios del jardín
junto con los retratos de papá y mamá
un tornado arrancó el techo de la infancia
y un trueno se escuchó tan fuerte
que mis tristes bichitos
se escondieron debajo de tu lámpara
sobre mis hombros
se escuchaba llorar
la lluvia de casi un siglo
y lentamente de la garganta
brotaron lágrimas de moras y pellizcos
se angostó el camino de los versos
abriéndose las grietas de mi más reseca tierra
me quedé
muda
desnuda
desolada
inundada de mieles y limones
aún sigo buscando llegar a alguna orilla
para poder desprenderme de estas algas
de esta piel de musgo que no es mía
no llovió afuera
como lo esperábamos
y el cielo pesa otra vez
como si fuera un muerto.